Mar abierto

Hay un momento en todos los viajes en que el punto de partida desaparece. Ya no vemos la costa y con ella se esfuma la posibilidad del retorno. No tenemos más remedio que dedicarnos de lleno a la navegación.
En estos últimos días de 2010, con la mitad de las páginas ya dibujadas a lápiz, me resulta más fácil imaginarme La Isla Elefante terminada. El dibujo se hace cada vez más fluido, los personajes ya están dentro del lápiz.
Estos son algunos de los dibujos que me gustan más, no por su detalle sino por su expresividad. Es una lástima que el lápiz desaparezca porque es mucho más sugerente que la tinta.

Estos dos cuadros muestran el instante en que la burocracia uruguaya transforma al "Royal Princess" en el "Instituto de Pesca N°1".

Parte de la secuencia en la que el "Instituto de Pesca N° 1" es alistado para su viaje antártico. Le instalan lo último en telecomunicaciones; un trasmisor de telégrafo inalámbrico con 450 km de alcance. Muy poco para un viaje de casi 3000 km.

No hay aventura en el mar que pueda prescindir de estar dos imágenes: la mano del capitán moviendo el trasmisor de órdenes hacia adelante y la chimenea borboteando humo y chispas.